sábado, 29 de diciembre de 2007

Yo, el equilibrado... (Sic, ¿? ¿?, ja!!!)

Describe las dos fuerzas fundamentales, opuestas pero complementarias, que se encuentran en todas las cosas. Esto explicaría que en la naturaleza los ritmos se definen por la aparición de opuestos. Yin yang es la dinámica polar inherente a todas las cosas existentes, es la forma dual en que se explicita la unidad primordial en el campo del ser.

Todo tiene dentro de sí ambos, yin y yang y de su ascenso y descenso alternados nace la nueva vida.
Todo aspecto yin o yang puede subdividirse a su vez en yin y yang indefinidamente. Por ejemplo, un objeto puede estar caliente o frío, pero a su vez lo caliente puede estar ardiente o templado y lo frío, fresco o helado. Forman un equilibrio dinámico: cuando uno aumenta, el otro disminuye. El desequilibrio no es sino algo circunstancial, ya que cuando uno crece en exceso fuerza al otro a concentrarse, lo que a la larga provoca una nueva transformación. Por ejemplo, el exceso de vapor en las nubes (yin) provoca la lluvia (yang).

El principio yin yang se lo simboliza tradicionalmente con el círculo dividido en dos mitades por una línea sinuosa en forma de S con una mitad de color negro y la otra de color blanco; el círculo evoca la unidad del universo constituido por los aspectos yin (negro) y yang (blanco) inseparables en toda manifestación de la totalidad; dentro de la mitad de cada color hay un círculo menor del color opuesto en posición central, indicativo de que cada uno de los dos aspectos, en el punto culminante de su despliegue lleva en germen a su opuesto polar para operar su transmutación.